jueves, 6 de agosto de 2020

El arte de la guerra, la violencia cómo apología estética

Por Raúl Armijos

Hace varios días atrás se viralizó un video dónde se le propina una brutal golpiza a un ladrón de combis en México, la noticia se regó sobretodo en el formato de meme, las analogías con un año atravesado por una crisis económica, política y social profunda que además fue golpeado por una pandemia resultaban hilarantes para aliviar la tensión que se acumula por un tiempo en dónde no se ha podido subsanar ninguna de las crisis que en cambio, van en aumento.

En toda esa tensión, la construcción de los imaginarios sobre la delincuencia resultan ser una bodega llena de pólvora, y los medios de comunicación tienen esa caja de fósforos que puede encenderla, hoy han hecho esa jugada, han encendido la pólvora para estallar un discurso de violencia disfrazado de justicia, no hay que olvidar que la propaganda nazi ayudaba mucho para que el holocausto no sea severamente juzgado, si no tenemos compasión con nuestro enemigo, es fácil para el poder marcar antagonistas que ayuden a cumplir objetivos ajenos a nuestro propio bienestar. 

La estrategia se sostiene principalmente en la intención de resultar un alivio a una crítica mucho más profunda del fenómeno de la violencia y el crimen, claro que esta no se podía dar al momento de los forcejeos y la adrenalina desbordante impedía tener un razonamiento claro de la situación no solo del momento en sí mismo, sino de todo lo que lo rodeaba, quizás fue la inercia de la situación, ahí no se puede hacer mucho debate, lo que motivó el inicio de este escrito fue pensar en el accionar de los individuos que cometen el linchamiento, al darme cuenta que resultaba una tarea algo inútil decidí centrarme en cómo su accionar va marcada por una premisa bien definida por los medios masivos para marcar un mensaje claro en aras de lograr el alivio antes mencionado. 

Primero, pensar en el territorio en el que pasa esto evidencia que, la conclusión de remitirse a un simple aplauso por una "justicia popular" (?) resulta ser una irresponsabilidad ciudadana si pensamos en sociedades realmente democráticas, pero resulta también que esta serie de sucesos son síntomas de como los discursos que desvalorizan y carcomen a los sistemas de poder equitativos se encuentran profundamente interiorizados en la idiosincrancia latina ayudado por el sistema de propaganda neoliberal, y no resulta ser una casualidad, sino una estructura pensada para producir estos choques, las crisis alimentan a la maquinaria hegemónica. 

De los limitados conocimientos que tengo sobre el país donde pasa el linchamiento, podría comprender que, su idiosincracia responde a un proceso criollista similar al ocurrido en otros lugares de la región, una clase política que toma una estructura de gobierno precaria al ser abandonada por la corona, aprovecha las condiciones para aventajar a su grupo social mientras sistemáticamente "enferma" al territorio, luego este, va degenerando  en generaciones cada vez más corrompidas por el poder y el estatus, hasta que otros procesos globales afectan a esta esfera y al imaginario que las clases populares tienen sobre esta, aunque existen procesos sociales reinvindicativos, estos no son totales, sino que, más bien aportan a difuminar a esa clase dominante que mueve todos los hilos a su favor.

Y es que, las sutilezas discursivas son necesarias para el análisis, primero, se promueve un "trampantojo" de cambio, vientos invisibles que no están ahí, y es que los medios se encuentran para eso, para crear  ambientes de transformación que no son, sino que sirven para asentar los cambios estructurales de la clase dominante, lo dijo Guy Debord en su más reconocida obra, el espectáculo está diseñado para crear una narrativa que permita manejar la subjetividad en beneficio de la clase dominante, en este caso, la burguesía.

Ahora, México golpeado por una gran crisis resultado de no sólo años, sino siglos de administraciones criollas negligentes y mezquinas, es un país que se encuentra angustiado por los tantos problemas que lo atraviesan resultado de su terrible clase política; en un proceso revolucionario, se busca la cabeza del rey, pero aliviar la ira con un peón resulta ser la estrategia más eficaz para crear una explosión semiótica de confusión que pueda aturdir a las masas, hablando de linchamientos hay que recordar el caso Gaitán y el papel que la CIA tuvo en su asesinato y en el ajusticiamiento de su presunto homicida.

Por eso resulta imprescindible comprender, cómo estamos siendo testigos de una de las grandes estrategias de manipulación mediática que la clase dominante utiliza para evitar revoluciones, cuando aplaudimos, y nos da placer ver la golpiza, pensemos en Huxley y su crítica al control por medio del placer, ya lo han dicho personajes de las ramas sociales, en este momento nos encontramos en un limbo entre la visión Orwelliana y la Huxleyiana, por esto, el linchamiento está pensado para ser un instrumento pornográfico de apaciguamiento, estamos aplaudiendo a toda una lógica que nos tiene sumidos en la profunda crisis que con la pandemia ha resultado más evidentes para los sectores alienados y enajenados que hasta el momento no reconocían las falencias detrás de la mitología del progreso.

Recuerdo que cuando era niño esperaba la buseta para ir a la escuela, cuando de pronto habían atrapado a un ladrón que había entrado a una casa del barrio dónde vivía, algunos vecinos lo atraparon y le propinaron una golpiza, no vi que tan brutal fue, pero sé que le habían dado justicia propia, han pasado 13 años desde eso y presiento que el sistema de justicia se encuentra más podrido que nunca, esas acciones jamás han servido para cambiar algo, y no lo digo yo, lo dicen los hechos, acciones cómo esas suceden todo el tiempo, el ladrón no va a aprender nada, es sólo parte de la superestrcutura que mantiene a unos arriba y a otros abajo, no debemos olvidar que, nos guste o no, nos enfrentamos a una guerra, comercial, pero guerra al final, y una guerra involucra manipulaciones y bajezas inimaginables.


Bibliografía:

Guy Debord, La Sociedad del Espectáculo, 1967 (Fuente: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/Societe.pdf)
Michel Foucault, Vigilar y Castigar, 1975 (Fuente: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=72012329017) 



















 

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