lunes, 17 de julio de 2017

Daniel Peña, gráficas de la ironía por Raúl Armijos

Daniel Peña nace en Cuenca el 13 de septiembre de 1994. En el año 2013, ingresa a la carrera de artes visuales en la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca. Su principal objetivo al ingresar a la carrera era la especialización en ilustración, pero debido a cambios curriculares, la mención es eliminada y pasa a estudiar diseño gráfico en la misma institución. En la actualidad se encuentra culminando sus estudios.

Peña ingresa a la carrera de diseño bajo otras concepciones y objetivos, razón por la cual aborda al diseño y la ilustración como herramientas transformadoras de imaginarios, el principal lenguaje que ha utilizado es la ilustración de cómics y caricaturas, sus trabajos poseen una alta carga de ironía acerca de la moral y los discursos del poder; sin poseer una bandera de militancia ideológica puede llegar a herir susceptibilidades desde cualquier lugar, evidenciando así las contradicciones del aparato ideológico global.

En su búsqueda artística Peña empieza a conocer personas distintas a las que usualmente encuentra en su carrera, encontrándose con personas jóvenes que buscan otras maneras de generar relaciones con la política, la sociedad y el ambiente; empezando a absorber desde una mirada crítica todos los discursos que este grupo lo comparte; comprometiéndose de una manera sincera con su trabajo desde lo político, razón por la cual ha producido una importante cantidad de material gráfico que invita a replantear la caricatura y la ilustración en nuestro tiempo.
“Oro mejor que agua” 2016, Ilustración, marcador sobre papel 30x40cm

En “Oro mejor que agua” Lazlo, como firma en sus caricaturas, realiza una caricatura burlándose de un comentario que realizó el ex presidente del país Rafael Correa, resaltando la visión del poder acerca de los valores y prioridades de la hegemonía global, en donde la optimización de recursos naturales es inútil, lo que es trascendental para estos grupos es la acumulación de poder adquisitivo, esto a la vez puede reflejar el sentir y pensar de un grupo de adeptos que creen en sus palabras, conducidas por la vieja promesa del progreso y el bienestar.

También en un simple gesto del presidente pateando un libro en donde dice “constitución”, revela una constante del gobierno de la “revolución ciudadana”, la permanente violación de la constitución del país, misma que fue promovida durante los primeros años del gobierno de Rafael Correa; en esto hace alusión a los promulgados derechos de la naturaleza declarados en ésta, pero que han sido totalmente ignorados al momento de otorgar las licencias ambientales para las transnacionales, igualmente evocando al pasado en donde la promesa del oro negro llevó a una devastación de varias zonas de la Amazonia.

Lazlo no cobra dinero por este tipo de obras, ya que su compromiso artístico va más allá de la solvencia económica, viendo al diseño gráfico la manera de obtener recursos monetarios; produciendo de manera implícita una suerte de artivismo que comunica de manera clara la idea que desea transmitir.

Su crítica es recalcitrante, polémica e irónica, sosteniéndose principalmente en lo absurdo, una muestra es su trabajo “Ley anti-acoso” reflexionada desde los diferentes casos de acoso sexual que se dan en la Universidad de Cuenca, y que son ignorados o descartados debido a la falta de pruebas, demostrando el ridículo del argumento legal, ya que se es muy difícil por no decir imposible, el conseguir pruebas de que alguien acosa a otra persona. Aumentando de esta manera el temor de las víctimas a hablar por miedo a ser señaladas y que el delito quede impune, sufriendo a la vez el riesgo de represalias debido a que los perpetradores se sienten legalmente inmunes.

En este dibujo podemos observar a una chica caminando incómoda, ya que debe llevar dos cámaras adheridas a su cuerpo, estos dispositivos se encuentran anclados en sus senos y trasero, arriba una insignia que dice “Nueva ley anti-acoso, obligatorio usar siempre cámaras para mostrar evidencia, “porque nos interesa su bienestar””  haciendo una mofa tanto, legal y política como socialmente.
“Ley anti-acoso” 2016, ilustración,
Marcador sobre papel 29x21cm
También el discurso implícito de esta gráfica nos lleva a las premisas de Guy Debord en La sociedad del espectáculo en donde plantea que la verdad se ha reducido a los medios masivos, los dispositivos tecnológicos como prueba irrefutable de la realidad, y que a la vez le ha servido a los grupos políticos como una herramienta indispensable para modificar la verdad a sus intereses, produciendo una falsa idea de lo real y la ficción.

Esta ilustración posee una fuerte lectura machista, al cosificar el cuerpo de la mujer, pero lo interesante de su trabajo consiste en alejarse de los discursos políticamente correctos, surgiendo una figura imparcial de los distintos acontencimientos políticos que se están dando en la actualidad.
Su interés por la política global refleja la construcción de los imaginarios juveniles, en dónde la expansión de las preocupaciones sociales recaen hasta la interacción de las políticas internacionales, sobretodo un análisis de las poetnecias mundiales y sus futuras consecuencias.

Una muestra de esto es su obra El sueño americano en donde se puede evidenciar una sátira que reproduce la preocupación global de las nuevas generaciones ante el triunfo de un discurso hegemónico sexista, racista, machista e intolerante. Esta obra, ademas de satirizar el discurso capitalista del progreso reducido en el sueño americano, puede tener varias connotaciones desde la perspectiva discursiva, para Estados Unidos ha sido la oportunidad de producir una gran cantidad de mano de obra barata, pudiendo asi acrecentar su economía de manera insospechada.

Pero a la vez, como es usal en esta potencia, los discursos de derecha se han servido de esto para que la población blanca tenga un desprecio hacia la fuerza de trabajo esencial de su país, pudiendo de esta manera invalidar el trabajo de los migrantes que trabajan allá, y de esta manera poder mantener el status quo que mantiene la clase conservadora en el país.
Más allá de la crítica evidente hacia la estrategia que permitió que Trump llegase al poder gubernamental, la lectura que nos abre esta ilustración es hacia los valores de una potencia que se ha construido mediante los imaginarios de superioridad, esto se puede analizar desde “Lets make America great again” el slogan de la campaña republicana.

”El sueño americano”, 2016, ilustración, marcador sobre papel, 29x21cm 
El acto performático de Trump de colocar la bandera nos remite a la simbólica fotografía de los bomberos colocando la bandera sobre las ruinas del fatídico 9/11, que representa una transgreción hacia el imaginario de la población estadounidense, estrategia que les permitió legitimar la masacre en Medio Oriente para controlar la ruta del petróleo, territorio que también es disputado por las potencias de oriente, es decir China y Rusia.

Esto hace reflexionar acerca de las intenciones hegemónicas que se encuentran en crear un delirio colectivo hacia la población latinoamericana, en esto no hay certeza, pero Peña permite abrir la discusión acerca de las intenciones geopoliticas detrás del discurso racista del vigente presidente de Estados Unidos.

La creación fuera de las ataduras ideológicas produce una obra que inevitablemente resulta polémica, ya que las sociedades contemporáneas poseen un arraigo de la moralidad fruto del antecedente histórico que embarca a Latinoamérica, es decir la colonización, el bien y el mal; la verdad y la mentira son palabras innecesarias al momento de crear, el artista se remite a los hechos; pero no lo hace desde una posición cobarde de no incomodar a nadie, Peña crea desde la sinceridad y su percepción de esta.
El diseño gráfico llegó a ser uno de las tantas rupturas históricas que ha tenido el arte, la bauhaus con una de sus primeras premisas “la forma sigue a la función” representó las bases del diseño gráfico, sin embargo debido a la posguerra y a la consolidación del neoliberalismo todo aquello fue tergiversado hacia las conveniencias del sistema capitalista haciendo que esta profesión olvide que su origen radica en una ideología de izquierda, haciendo de esta profesión algo carente de un real compromiso social.

Ahí es donde la obra de Peña se vuelve valiosa, deconstruyendo esta profesión logra obras gráficas con un fuerte discurso, la transdisciplinareidad entre lo plástico y lo gráfico genera productos que rozan la divergencia y la ironía, podemos poner de ejemplo “Resistencia Shuar” un producto gráfico que emplea los conocimientos del diseño gráfico hacia otro tipo de discurso.

“Resistencia Shuar”, 2016,  Acrílico sobre papel, 29x42cm 
Este trabajo consistía en un afiche para promocionar un conversatorio, pero el conversatorio no era de las tantas discusiones que se dan en la academia, era un precedente histórico, una exposición para difundir, explicar y debatir acerca de las situación del pueblo Shuar ante la arbitrariedad y violencia del Estado en Nankints por el proyecto de extracción de oro que se está dando.

Era claro que la solidaridad del artista era hacia el pueblo Shuar, razón por la cual diseñó un cartel promocional que resultó ofender, no al pueblo Shuar, sino a un “jefe” ecologista de Quito, que ignoró la calidad técnica y artística del cartel al momento de censurarla y pedir que hicieran otra, esto representó la última vez que Peña colaboraría desinteresadamente para un colectivo social hasta el momento.





El trabajo censurado consiste en un casco de policía cubierto con las ornamentas tradicionales Shuar, mostrando un mensaje contundente y a la vez intrigante acerca de la realidad por la que atraviesan las nacionalidades indígenas en donde el poder estatal prima sobre la cultura. Este mensaje crudo alteró algunas sensibilidades, e incluso revela como el poder de donde quiera que venga, se ejerce de una forma determinada, el utilitarismo es uno de sus puntos que se puede resaltar, esto hace reflexionar cuál es la significación real del arte dentro de los movimientos sociales, una herramienta descartable o un eje transversal de las búsquedas democráticas.


“Arte contemporáneo”, 2015, ilustración digital
Lo que enriquece el trabajo de Peña es la manera en la que cuestiona las distintas expresiones artísticas, su rol social y sus expectativas, esto siempre mediante la sátira y el humor negro;  logrando crear una reflexión más profunda a partir del desarraigo de los preceptos morales desde la estética gráfica del cómic.
Él es un apasionado del cómic, por eso ha utilizado este soporte para crear su propio lenguaje, “Arte Contemporáneo” es una obra gráfica que relata la historia de dos policías que encuentran a una mujer maniatada y con signos de haber sido violentada, pero descubren que esta forma parte de una obra cuyo concepto nos remite al trabajo del artista español Santiago Sierra, quien realiza obras cuyo discurso del cuerpo sometido al poder, conflictivo moralmente para quienes leen su obra; eso enriquece el producto humorístico ya que este absurdo es de hecho un producto real.
También podemos recordar a un artista cuya obra trataba de encadenar a un perro en una galería y dejarlo morir de hambre, son obras que no deben ser descartadas por su dudosa ética, sino analizadas a profundidad para sacar el mayor provecho de éstas; aunque Peña utiliza el mismo recurso que crítica su análisis implícito va hacia el rol del artista en el contexto institucional en dónde todo vale si forma parte de él.
Estos trabajos nunca han sido exhibidos en una galería, todos ellos se han colocado en plataformas masivas cómo lo es las redes sociales, convirtiendo en esta su centro expositivo; readaptando el rol del ilustrador, el dibujante, la representación en lo contemporáneo cómo un factor para enriquecer la obra.

Peña posee un trabajo limpio, armónico en su cromática, sobria en su composición, posee noción de la conceptualización a pesar de provenir de una rama que ha intentado divorciar su oficio con el pensamiento crítico