Daniel
Peña nace en Cuenca el 13 de septiembre de 1994. En el año 2013, ingresa a la
carrera de artes visuales en la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca.
Su principal objetivo al ingresar a la carrera era la especialización en
ilustración, pero debido a cambios curriculares, la mención es eliminada y pasa
a estudiar diseño gráfico en la misma institución. En la actualidad se
encuentra culminando sus estudios.
Peña
ingresa a la carrera de diseño bajo otras concepciones y objetivos, razón por
la cual aborda al diseño y la ilustración como herramientas transformadoras de
imaginarios, el principal lenguaje que ha utilizado es la ilustración de cómics
y caricaturas, sus trabajos poseen una alta carga de ironía acerca de la moral
y los discursos del poder; sin poseer una bandera de militancia ideológica
puede llegar a herir susceptibilidades desde cualquier lugar, evidenciando así
las contradicciones del aparato ideológico global.
En
su búsqueda artística Peña empieza a conocer personas distintas a las que
usualmente encuentra en su carrera, encontrándose con personas jóvenes que
buscan otras maneras de generar relaciones con la política, la sociedad y el
ambiente; empezando a absorber desde una mirada crítica todos los discursos que
este grupo lo comparte; comprometiéndose de una manera sincera con su trabajo
desde lo político, razón por la cual ha producido una importante cantidad de
material gráfico que invita a replantear la caricatura y la ilustración en
nuestro tiempo.
“Oro mejor que agua” 2016, Ilustración, marcador sobre
papel 30x40cm
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En
“Oro mejor que agua” Lazlo, como firma en sus caricaturas, realiza una
caricatura burlándose de un comentario que realizó el ex presidente del país
Rafael Correa, resaltando la visión del poder acerca de los valores y
prioridades de la hegemonía global, en donde la optimización de recursos
naturales es inútil, lo que es trascendental para estos grupos es la
acumulación de poder adquisitivo, esto a la vez puede reflejar el sentir y
pensar de un grupo de adeptos que creen en sus palabras, conducidas por la
vieja promesa del progreso y el bienestar.
También
en un simple gesto del presidente pateando un libro en donde dice
“constitución”, revela una constante del gobierno de la “revolución ciudadana”,
la permanente violación de la constitución del país, misma que fue promovida
durante los primeros años del gobierno de Rafael Correa; en esto hace alusión a
los promulgados derechos de la naturaleza declarados en ésta, pero que han sido
totalmente ignorados al momento de otorgar las licencias ambientales para las
transnacionales, igualmente evocando al pasado en donde la promesa del oro
negro llevó a una devastación de varias zonas de la Amazonia.
Lazlo
no cobra dinero por este tipo de obras, ya que su compromiso artístico va más
allá de la solvencia económica, viendo al diseño gráfico la manera de obtener
recursos monetarios; produciendo de manera implícita una suerte de artivismo
que comunica de manera clara la idea que desea transmitir.
Su
crítica es recalcitrante, polémica e irónica, sosteniéndose principalmente en
lo absurdo, una muestra es su trabajo “Ley anti-acoso” reflexionada desde los
diferentes casos de acoso sexual que se dan en la Universidad de Cuenca, y que
son ignorados o descartados debido a la falta de pruebas, demostrando el
ridículo del argumento legal, ya que se es muy difícil por no decir imposible,
el conseguir pruebas de que alguien acosa a otra persona. Aumentando de esta
manera el temor de las víctimas a hablar por miedo a ser señaladas y que el
delito quede impune, sufriendo a la vez el riesgo de represalias debido a que
los perpetradores se sienten legalmente inmunes.
En
este dibujo podemos observar a una chica caminando incómoda, ya que debe llevar
dos cámaras adheridas a su cuerpo, estos dispositivos se encuentran anclados en
sus senos y trasero, arriba una insignia que dice “Nueva ley anti-acoso,
obligatorio usar siempre cámaras para mostrar evidencia, “porque nos interesa
su bienestar”” haciendo una mofa tanto,
legal y política como socialmente.
“Ley anti-acoso” 2016,
ilustración,
Marcador sobre papel 29x21cm
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También
el discurso implícito de esta gráfica nos lleva a las premisas de Guy Debord en La sociedad del espectáculo en donde plantea que la verdad se ha
reducido a los medios masivos, los dispositivos tecnológicos como prueba
irrefutable de la realidad, y que a la vez le ha servido a los grupos políticos
como una herramienta indispensable para modificar la verdad a sus intereses,
produciendo una falsa idea de lo real y la ficción.
Esta ilustración posee una fuerte lectura machista, al cosificar el cuerpo de la mujer, pero lo interesante de su trabajo consiste en alejarse de los discursos políticamente correctos, surgiendo una figura imparcial de los distintos acontencimientos políticos que se están dando en la actualidad.
Su
interés por la política global refleja la construcción de los imaginarios
juveniles, en dónde la expansión de las preocupaciones sociales recaen hasta la
interacción de las políticas internacionales, sobretodo un análisis de las
poetnecias mundiales y sus futuras consecuencias.
Una
muestra de esto es su obra El sueño americano
en donde se puede evidenciar una sátira que reproduce la preocupación
global de las nuevas generaciones ante el triunfo de un discurso hegemónico
sexista, racista, machista e intolerante. Esta obra, ademas de satirizar el
discurso capitalista del progreso reducido en el sueño americano, puede tener
varias connotaciones desde la perspectiva discursiva, para Estados Unidos ha
sido la oportunidad de producir una gran cantidad de mano de obra barata,
pudiendo asi acrecentar su economía de manera insospechada.
Pero
a la vez, como es usal en esta potencia, los discursos de derecha se han servido
de esto para que la población blanca tenga un desprecio hacia la fuerza de
trabajo esencial de su país, pudiendo de esta manera invalidar el trabajo de
los migrantes que trabajan allá, y de esta manera poder mantener el status quo que mantiene la clase
conservadora en el país.
Más
allá de la crítica evidente hacia la estrategia que permitió que Trump llegase
al poder gubernamental, la lectura que nos abre esta ilustración es hacia los
valores de una potencia que se ha construido mediante los imaginarios de
superioridad, esto se puede analizar desde “Lets make America great again” el
slogan de la campaña republicana.
”El sueño americano”, 2016, ilustración, marcador sobre
papel, 29x21cm
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El
acto performático de Trump de colocar la bandera nos remite a la simbólica
fotografía de los bomberos colocando la bandera sobre las ruinas del fatídico
9/11, que representa una transgreción hacia el imaginario de la población
estadounidense, estrategia que les permitió legitimar la masacre en Medio
Oriente para controlar la ruta del petróleo, territorio que también es
disputado por las potencias de oriente, es decir China y Rusia.
Esto
hace reflexionar acerca de las intenciones hegemónicas que se encuentran en
crear un delirio colectivo hacia la población latinoamericana, en esto no hay
certeza, pero Peña permite abrir la discusión acerca de las intenciones
geopoliticas detrás del discurso racista del vigente presidente de Estados
Unidos.
La
creación fuera de las ataduras ideológicas produce una obra que inevitablemente
resulta polémica, ya que las sociedades contemporáneas poseen un arraigo de la
moralidad fruto del antecedente histórico que embarca a Latinoamérica, es decir
la colonización, el bien y el mal; la verdad y la mentira son palabras
innecesarias al momento de crear, el artista se remite a los hechos; pero no lo
hace desde una posición cobarde de no incomodar a nadie, Peña crea desde la
sinceridad y su percepción de esta.
El
diseño gráfico llegó a ser uno de las tantas rupturas históricas que ha tenido
el arte, la bauhaus con una de sus primeras premisas “la forma sigue a la
función” representó las bases del diseño gráfico, sin embargo debido a la
posguerra y a la consolidación del neoliberalismo todo aquello fue tergiversado
hacia las conveniencias del sistema capitalista haciendo que esta profesión
olvide que su origen radica en una ideología de izquierda, haciendo de esta
profesión algo carente de un real compromiso social.
Ahí
es donde la obra de Peña se vuelve valiosa, deconstruyendo esta profesión logra
obras gráficas con un fuerte discurso, la transdisciplinareidad entre lo
plástico y lo gráfico genera productos que rozan la divergencia y la ironía,
podemos poner de ejemplo “Resistencia Shuar” un producto gráfico que emplea los
conocimientos del diseño gráfico hacia otro tipo de discurso.
“Resistencia Shuar”, 2016,
Acrílico sobre papel, 29x42cm
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Este
trabajo consistía en un afiche para promocionar un conversatorio, pero el
conversatorio no era de las tantas discusiones que se dan en la academia, era
un precedente histórico, una exposición para difundir, explicar y debatir
acerca de las situación del pueblo Shuar ante la arbitrariedad y violencia del
Estado en Nankints por el proyecto de extracción de oro que se está dando.
Era
claro que la solidaridad del artista era hacia el pueblo Shuar, razón por la
cual diseñó un cartel promocional que resultó ofender, no al pueblo Shuar, sino
a un “jefe” ecologista de Quito, que ignoró la calidad técnica y artística del
cartel al momento de censurarla y pedir que hicieran otra, esto representó la
última vez que Peña colaboraría desinteresadamente para un colectivo social hasta
el momento.
El
trabajo censurado consiste en un casco de policía cubierto con las ornamentas
tradicionales Shuar, mostrando un mensaje contundente y a la vez intrigante
acerca de la realidad por la que atraviesan las nacionalidades indígenas en donde
el poder estatal prima sobre la cultura. Este mensaje crudo alteró algunas
sensibilidades, e incluso revela como el poder de donde quiera que venga, se
ejerce de una forma determinada, el utilitarismo es uno de sus puntos que se
puede resaltar, esto hace reflexionar cuál es la significación real del arte
dentro de los movimientos sociales, una herramienta descartable o un eje
transversal de las búsquedas democráticas.
“Arte contemporáneo”, 2015, ilustración digital |
Lo
que enriquece el trabajo de Peña es la manera en la que cuestiona las distintas
expresiones artísticas, su rol social y sus expectativas, esto siempre mediante
la sátira y el humor negro; logrando
crear una reflexión más profunda a partir del desarraigo de los preceptos morales
desde la estética gráfica del cómic.
Él
es un apasionado del cómic, por eso ha utilizado este soporte para crear su
propio lenguaje, “Arte Contemporáneo” es una obra gráfica que relata la
historia de dos policías que encuentran a una mujer maniatada y con signos de
haber sido violentada, pero descubren que esta forma parte de una obra cuyo
concepto nos remite al trabajo del artista español Santiago Sierra, quien
realiza obras cuyo discurso del cuerpo sometido al poder, conflictivo moralmente para quienes leen su obra; eso enriquece el producto humorístico ya que este
absurdo es de hecho un producto real.
También
podemos recordar a un artista cuya obra trataba de encadenar a un perro en una
galería y dejarlo morir de hambre, son obras que no deben ser descartadas por
su dudosa ética, sino analizadas a profundidad para sacar el mayor provecho de
éstas; aunque Peña utiliza el mismo recurso que crítica su análisis implícito
va hacia el rol del artista en el contexto institucional en dónde todo vale si
forma parte de él.
Estos
trabajos nunca han sido exhibidos en una galería, todos ellos se han colocado
en plataformas masivas cómo lo es las redes sociales, convirtiendo en esta su
centro expositivo; readaptando el rol del ilustrador, el dibujante, la
representación en lo contemporáneo cómo un factor para enriquecer la obra.
Peña
posee un trabajo limpio, armónico en su cromática, sobria en su composición,
posee noción de la conceptualización a pesar de provenir de una rama que ha
intentado divorciar su oficio con el pensamiento crítico