miércoles, 10 de mayo de 2017

Crítica y Curaduría “Diálogos cuerpo-espacio urbano: Francis Alÿs, Juan Montelpare, José Luis Macas” Por Raúl Armijos

La ciudad es uno de los puntos de encuentro más importantes de la humanidad, el paisaje que se ha construido con el transcurrir de los años es en cierta forma, inverosímil, resultado de la mente del ser humano, un ejemplo es la famosa arquitectura de Gaudí que irónicamente se asemeja a la naturaleza, porque ella ha influido incluso en la construcción de la ciudades. 

Los paisajes llenos de cemento llegan a ser deprimentes, aunque incluso en esos lugares, pequeños hilos verdes se dibujan en los pisos, pero ¿Cómo se ha llegado a esto? Porque pasamos de las cavernas a vivir en pequeños cajones grises, el cuerpo se ha condicionado a protegerse de la tierra, y pareciera querer cada vez eso, en el fondo nadie lo desea, sin embargo seguimos sujetos al espacio urbano, la migración rural hacia lo urbano sigue acrecentándose mientras que los círculos de pobreza crecen, y con ello, la violencia.

Mientras una ciudad se expande la violencia va incrementando, es la disputa de recursos limitados entre cada vez más manos, paradójicamente, la mayoría de manos cada vez tendrán menos, mientras el capitalismo va en aumento la injusticia también, según Guy Debord(1967) la dominación de las masas se ha hecho efectiva, gracias a los medios masivos que han impedido una real revolución del proletariado. Que, al contrario de lo que se pensaría, por los antecedentes de la lucha obrera, esta se ha vuelto más estática, inmóvil, incapaz de hacerle frente a los dueños de los medios de producción.

En parte se debe a que la configuración urbana permite, los constantes estímulos sensitivos de la ciudad, esa estética del shock, iglesia, futbol, cine de Hollywood, música pop, etc. Construyen en el imaginario del habitante urbano promedio lógicas que benefician al poder político, el discurso de la violencia, la intolerancia y la discriminación toman fuerza en la comunidad global, y no es coincidencia, no es más que el resultado de las relaciones hegemónicas urbanas históricas, una masa desinformada, atareada con los constantes e inclusive excesivos estímulos de las grandes urbes han generado un pensamiento bien direccionado y controlado por la fuerza política.

La guerra de Siria, Trump en Estados Unidos, el Brexit en  Reino Unido, el rechazo a la paz en Colombia, la narco política mexicana, la oleada del socialismo del siglo XXI a la recuperación de la derecha neoliberal en Latinoamérica, evidencian que mientras existen decisiones que acarrean crisis humanitarias, la gente se halla sumergida en un espiral de completa enajenación y lo que es peor, la ciudad ha borrado o tergiversado todos los avances de la lucha social, un ejemplo claro son las urbes mexicanas. 

México, un país hundido en una crisis de violencia producto de un poder estatal que se sostiene de las relaciones con el narcotráfico de una manera evidente, como paréntesis podemos recordar el sublime trabajo de la artista mexicana Teresa Margolles cuyo discurso posee un oculto discurso subversivo para el cese de la hegemonía del narcotráfico, sin embargo, y como propio cuestionamiento a la producción artística y su discurso crítico esta no ha quedado más que en una bella imagen poética acerca de la muerte y la violencia. Ya que el fuerte discurso de esta artista no ha podido trascender de la admiración de su propio circulo de intelectuales y artistas, pero ¿Por qué?, porque la crisis social en México no se debe a la violencia ejercida en un país intrínsecamente machista que enaltece los valores patriarcales de la imposición, incomprensión y orgullo, sino porque la mayoría de sus habitantes no tienen idea de lo que ocurre, y si la tienen han decidió refugiarse en los placeres mundanos que les brinda la ciudad.

Es necesario hacer hincapié en el cuestionamiento acerca del bello discurso de Margolles, y de otros artistas mexicanos quienes  entrarían en esta crítica, el hecho de no poder expandir conocimientos de altísimo valor que permitiría un quiebre en las concepciones populares, pero eso no se da ya que el cubo blanco forma parte de un diseño hecho para la desigualdad, es decir, las ciudades, y, negar el inseparable vínculo entre museo y control de las masas urbanas  es no profundizar acerca de que valores ha tomado el arte en la actualidad y bajo qué objetivos. 

Podemos decir que la mayoría de artistas trabajan para un resultado que se encierre en cuatro paredes, ya sea arte comunitario u malas concepciones de arte en espacio público, el deseo de una mayoría de artistas implícitamente dominados bajo la idea de la legitimidad institucional es el no negar su punto de enunciación y los resultados que produce.

Dentro de todo este contexto es cuando podemos referirnos a Francis Alÿs, artista de origen belga que ha residido durante ya varios años en la ciudad de México Distrito Federal, sin duda Francis es de los primeros artistas en América que ya tenía bien planteado el cuestionamiento acerca de la institucionalidad del arte, una discusión que, en cierta medida pertenece, y se origina en Latinoamérica debido al proceso histórico y social que ha llevado el arte en este territorio; involucrada más en un imaginario de arte igual a transformación de la ciudad y su sociedad. 

Distinto a los debates europeos enfocados más en la discusión arte por el arte, y la manera en la que se llegan a los públicos, claro está que en Latinoamérica esa problemática está muy asentada, ¿Cómo llegar a los públicos?, es ahí donde este artista da sus primeras acciones que definirían, y haría entender al público especializado a donde quería llegar, claro que no se puede negar los debates que también se han generado desde Europa y que han llegado hasta territorio americano por el eurocentrismo con el que siempre se ha concebido y producido a las expresiones artísticas, y mucho más marcado en su institucionalidad.
Sometimes Making Something Leads to Nothing
Francis 
Alÿs (2001) , Mexico City 1997. Videoperformance, 9´54´´
Paradox of Praxis 1, http://francisalys.com/sometimes-making-something-leads-to-nothing/

En estas discusiones fue cuando Francis pudo notar la fuerza poética y transgresora de habitar el espacio público urbano, sometiendo su cuerpo a otras lógicas, sus obras son reconocidas en todo el mundo, contradictoriamente sus diálogos entre el cuerpo y el espacio urbano se han podido expandir gracias a las instituciones del arte, pero, claro está la intención que ha tenido, con varios cuerpos ajenos a las lógicas y concepciones con la cual el arte aborda las situaciones sociales y políticas. 

Lo interesante de este artista es su claro conocimiento acerca de cómo funciona la sociedad, y como esta es fácil de controlar, Alÿs evidencia esto de una manera poética que no solo habla del ensimismamiento del cuerpo urbano sino de la empatía que las relaciones de poder de la ciudad han hecho que las acallemos, en esta acción, el artista se enfrentaba al espacio público, en una época en la cual el performance apenas se había podido instaurar en el cubo blanco gracias al trabajo de varios artistas que cuestionaban la representación y los límites de la imagen en el museo, era el año 2001.

Pocos comprendían lo que Francis hacía, incluso los propios críticos y expertos no tenían muy claro a qué jugaba, parado en la plaza un sujeto lánguido señala con el dedo índice el cielo, creando una suerte de histeria colectiva, sin duda esta acción posee una riqueza simbólica que la vuelve polisémica, las interpretaciones son varias, pero "Looking up" (2001) llegó a convertirse en una de las obras más representativas del arte acción y el diálogo con el espacio urbano.

Cuando hablamos de los diálogos entre el cuerpo y el entorno de la ciudad mediante el deseo de transmitir una experiencia estética, también hablamos de un rompimiento de las normas y dispositivos que rigen a los cuerpos individuales y colectivos, por ello no es sorprendente, que a quien realiza este tipo de expresiones se lo califique de loco, ya que como decía Foucault (1973) la locura no es más que el quiebre o el boicot de las redes del sistema de poder, y cuando hablamos de Francis hablamos de una locura intrínseca, no desde la visión hegemónica sino desde la foucualtiana. 

Como en "Sometimes Making Something Leads to Nothing"(1997) en donde su absurda acción de arrastrar un hielo hasta que este desaparece permite comprender el funcionamiento de una sociedad profundamente enferma, sometida a los discursos de los medios masivos, cuyas cotidianidades parecieran ser como arrastrar un cubo de hielo, conectando así con los valores de las masas, de la cultura occidental, hacinadas en la grandes urbes, valores diseñados para mantener el ejercicio de poder jerárquico, reflejando así la construcción de un sistema que pareciera imposible destruir.

Dentro de los imaginarios rurales, a la ciudad se la ha vendido como el centro de los placeres y la vida plena, en parte como una estrategia para generar mayor mano de obra barata, aprovechando la vulnerabilidad de los habitantes rurales, víctimas de un sistema inequitativo cuyo centro de operaciones son las urbes, estas estrategias ha generado ciudades violentas y apáticas, las configuraciones urbanas reflejan el constructo de una sociedad violenta aferrada a la propiedad privada y la indiferencia por el otro, aquí es donde el diálogo entre cuerpo y ciudad se poetiza a una profundidad, en donde la crítica hacia la realidad que a veces es desalentadora, miserable y desesperanzadora. 

Pero Juan Montelpare, artista de origen argentino que ha recorrido varias urbes de Latinoamérica, entre ellas urbes de Ecuador(Quito, Guayaquil, Cuenca), lo transforma hacia propuestas más esperanzadoras, una de sus acciones en el espacio público que logra retratar es Acciones simples para recuperar objetos violentos (2012), en donde evidencia que las ciudades se han configurado para volvernos personas violentas, sujetos a la competencia, la individualización y la santificación de la propiedad privada, esta acción la realizó en el año 2012 en la ciudad de Quito, una de las capitales más pequeñas del continente, pero que sin embargo refleja mucha de las prácticas que permite al capitalismo sostenerse, la simple acción de cubrir objetos punzantes ubicados en cerramientos, ventanas, etc. Demuestra que las urbes no se construyen para generar cuerpos colectivos y solidarios, sino para someterlos a la individualización y la competencia.
Acciones simples para recuperar objetos violentos
Juan Montelpare (2012)

Festival de arte contemporáneo ECUA/UIO-01


Como se mencionó antes el trabajo de Montelpare está enfocada bajo una poética de la esperanza, el uso de la metáfora para conectar con problemas complejos que atañen a las urbes es digno de admiración, también podemos referirnos a una acción en donde el simple gesto de colocar tierra sobre vidrios de botella cortada, que cumplen precariamente la función de proteger a las propiedades de “el otro”.

Acciones para nacer flores demuestra que siempre existirá un proceso dialéctico ante la violencia que somete a los cuerpos urbanos, cuerpos enfermos, extraños, sin pertenencia de nada; sometidos a entornos que promueve actos de violencia e incomprensión.

Las urbes se han compuesto de tal manera que se pueda incentivar una visión de consumo entre sus habitantes, los supermercados se han vuelto un espacio de intersticio automatizado, es decir la distopía marxista, la población puede consumir desproporcionadamente gracias a la falta del conocimiento de un proceso, el gran orgullo del discurso capitalista, bajo un falso concepto de trabajo colectivo. 

Las ciudades se mueven cada vez más rápido, bajo la premisa de consumir en mayores cantidades, ensuciando más el entorno urbano, en el otro sitio hallamos la argumentación de la ecología que el capitalismo se ha encargado de convertirla en gentrificación, espacios más sanos que permitan mayores ganancias en inmuebles, es decir, toman la importancia de la ecología para quienes poseen mayor acceso a adquirir viviendas restauradas, con “lógicas verdes”. 

Mientras el resto de la población tiene que sostener a la clase que está en “paz con el medio ambiente” y en paz con su economía, aquí podemos recordar la obra de José Luis Macas quien dibuja en las paredes llenas de smog con un simple borrador, recordando hacia donde ha llevado a la población urbana los valores del progreso y el rechazo a lo subversivo, justamente en esa acción José enaltece el acto de la desobediencia como una limpieza de la contaminación que nos ha traído la ciudad, no solo una contaminación química, también una contaminación de nuestra psique y el alejamiento espiritual.

SERIE BORRADORES: «YASUNÍ»
DIBUJO-PERFORMANCE-INTERVENCIÓN
ENCUENTRO DE PERFORMANCE Y ESPACIO PÚBLICO «QUITO-QUÉBEC, LA
KARAKOLA, QUITO-ECUADOR 2014

Bibliografía: http://francisalys.com/
https://artecontemporaneoecuador.com/jose-luis-macas-paredes/
http://juanmontelpare.blogspot.com/
El poder psiquiátrico, Michel Foucault, 1973, Primera edición, 2005, Buenos Aires
La Sociedad del Espectaculo, Guy Debord, 1967,  Editorial Chut,  Paris