martes, 17 de enero de 2017

A mi memoria

Van brotando las raíces,
Me pisa la basta de mi pantalón, ¡Basta!
Me mantiene la mirada, muy suspicaz
Ojos fuertes, tiene esa mirada, sombría, oscura
¿No sé en qué parte navegas por zonas desconocidas?,
Me pregunta intrigada, yo no entendía…
Me adelantaba su mirada, me eclipsaba
Ya entendía menos, el parque estaba muy movido,
Le gente murmuraba sobre placeres que no se atreven
¡A gritar, Grita! ¡Grita por favor! ¡Grita lo que sientes!
Así, de un parpadeo, todo desapareció.

Se pierde un momento, se va todo cuando me entero,
Que al final, siempre estaremos solos, porque el universo es solitario,
Triste, extraño, desconocido, incierto, intrigante, inexplicable, inentendible
 Ineludible extraordinario impuestos la renta,
Las malas energías de mis vecinos, ¿Qué es eso?
¿Desde cuándo la tristeza se volvió mi rutina?
Desde que pisas aquella basta, desde que aprietas el seno de tu madre,
Desde que lloras, ah, el llanto es la vida, la bienvenida al mundo

El llanto se funciona con el canto de esas telas de aire
Que danzan suavemente entre las hojas, entre lo verde y mis delirios de sartén sin teflón,
¡Cáncer! Respirar te mata, por eso los gobiernos nos quitan el aire
Que gratitud, que amabilidad de mis oscuras intenciones.

Ábreme la puerta, o quizás no, no lo hagas
No destapes tu universo, otra puerta estará ahí,
Desde lejos, dormida….te observo.

Observo la forma en que se corre la luz,
Se desliza por todo un papel canela, como habano
¿Y la habana? Amiga de su enemiga, ¿cómo es eso?
Son los gays, las putas, los ladrones, la miseria,
Ellos son los culpables, culpables de exterminar paredes,
¿Y por qué lo feo esta censurado? Porque es real, real
Como el atún con plomo, real como el plomo en cabezas,

En sabiduría asesinada, en extrañar mi infancia. 

lunes, 16 de enero de 2017

Oda a la vida


Una multitud de destellos,
Un punto, permanece inmóvil…
Y brotan interrogantes desde una pared
Nunca antes mencionada.

Las ilusiones inundan una cabeza agitada,
Agitada por las muchedumbres de cosas inciertas,
De asuntos sin terminar…y ahí va de nuevo,
Las doncellas danzan en espiral y esperan,
Que la agonía se deje llevar
Hasta encontrar el firmamento
Escuchando los cantos que poco a poco se alejan,
Hasta encontrar el fluir de la sangre
Rebozando en todo el cuerpo de un alma desesperada.

Otro silencio, se escuchan los gritos de la ciudad,
Celebrando la agonía.

El gran, el tal, el pequeño, el pobrecito,
El iluso, el raro, el solo, el otros
Se acomodan en una pequeña sala,
Reunidos en circunferencia se quejan
De su intransferible destino

En otro cuarto, con una leve luz que desciende
Hasta dibujar las mayores prominencias
Se reúnen las materias útiles…
Las manos lloran por el suplicio de su olvido,
La boca derrama materia fecal,
¿Ha olvidado su función? Pregunta la monstruosa moral,
No, si hasta la he mejorado…
Y de súbito heces se esparcen por la habitación,
Dejando una huella que huele a justicia.

Este es
             
             Un momento

                                 De lo absurdo.