lunes, 17 de julio de 2017

Daniel Peña, gráficas de la ironía por Raúl Armijos

Daniel Peña nace en Cuenca el 13 de septiembre de 1994. En el año 2013, ingresa a la carrera de artes visuales en la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca. Su principal objetivo al ingresar a la carrera era la especialización en ilustración, pero debido a cambios curriculares, la mención es eliminada y pasa a estudiar diseño gráfico en la misma institución. En la actualidad se encuentra culminando sus estudios.

Peña ingresa a la carrera de diseño bajo otras concepciones y objetivos, razón por la cual aborda al diseño y la ilustración como herramientas transformadoras de imaginarios, el principal lenguaje que ha utilizado es la ilustración de cómics y caricaturas, sus trabajos poseen una alta carga de ironía acerca de la moral y los discursos del poder; sin poseer una bandera de militancia ideológica puede llegar a herir susceptibilidades desde cualquier lugar, evidenciando así las contradicciones del aparato ideológico global.

En su búsqueda artística Peña empieza a conocer personas distintas a las que usualmente encuentra en su carrera, encontrándose con personas jóvenes que buscan otras maneras de generar relaciones con la política, la sociedad y el ambiente; empezando a absorber desde una mirada crítica todos los discursos que este grupo lo comparte; comprometiéndose de una manera sincera con su trabajo desde lo político, razón por la cual ha producido una importante cantidad de material gráfico que invita a replantear la caricatura y la ilustración en nuestro tiempo.
“Oro mejor que agua” 2016, Ilustración, marcador sobre papel 30x40cm

En “Oro mejor que agua” Lazlo, como firma en sus caricaturas, realiza una caricatura burlándose de un comentario que realizó el ex presidente del país Rafael Correa, resaltando la visión del poder acerca de los valores y prioridades de la hegemonía global, en donde la optimización de recursos naturales es inútil, lo que es trascendental para estos grupos es la acumulación de poder adquisitivo, esto a la vez puede reflejar el sentir y pensar de un grupo de adeptos que creen en sus palabras, conducidas por la vieja promesa del progreso y el bienestar.

También en un simple gesto del presidente pateando un libro en donde dice “constitución”, revela una constante del gobierno de la “revolución ciudadana”, la permanente violación de la constitución del país, misma que fue promovida durante los primeros años del gobierno de Rafael Correa; en esto hace alusión a los promulgados derechos de la naturaleza declarados en ésta, pero que han sido totalmente ignorados al momento de otorgar las licencias ambientales para las transnacionales, igualmente evocando al pasado en donde la promesa del oro negro llevó a una devastación de varias zonas de la Amazonia.

Lazlo no cobra dinero por este tipo de obras, ya que su compromiso artístico va más allá de la solvencia económica, viendo al diseño gráfico la manera de obtener recursos monetarios; produciendo de manera implícita una suerte de artivismo que comunica de manera clara la idea que desea transmitir.

Su crítica es recalcitrante, polémica e irónica, sosteniéndose principalmente en lo absurdo, una muestra es su trabajo “Ley anti-acoso” reflexionada desde los diferentes casos de acoso sexual que se dan en la Universidad de Cuenca, y que son ignorados o descartados debido a la falta de pruebas, demostrando el ridículo del argumento legal, ya que se es muy difícil por no decir imposible, el conseguir pruebas de que alguien acosa a otra persona. Aumentando de esta manera el temor de las víctimas a hablar por miedo a ser señaladas y que el delito quede impune, sufriendo a la vez el riesgo de represalias debido a que los perpetradores se sienten legalmente inmunes.

En este dibujo podemos observar a una chica caminando incómoda, ya que debe llevar dos cámaras adheridas a su cuerpo, estos dispositivos se encuentran anclados en sus senos y trasero, arriba una insignia que dice “Nueva ley anti-acoso, obligatorio usar siempre cámaras para mostrar evidencia, “porque nos interesa su bienestar””  haciendo una mofa tanto, legal y política como socialmente.
“Ley anti-acoso” 2016, ilustración,
Marcador sobre papel 29x21cm
También el discurso implícito de esta gráfica nos lleva a las premisas de Guy Debord en La sociedad del espectáculo en donde plantea que la verdad se ha reducido a los medios masivos, los dispositivos tecnológicos como prueba irrefutable de la realidad, y que a la vez le ha servido a los grupos políticos como una herramienta indispensable para modificar la verdad a sus intereses, produciendo una falsa idea de lo real y la ficción.

Esta ilustración posee una fuerte lectura machista, al cosificar el cuerpo de la mujer, pero lo interesante de su trabajo consiste en alejarse de los discursos políticamente correctos, surgiendo una figura imparcial de los distintos acontencimientos políticos que se están dando en la actualidad.
Su interés por la política global refleja la construcción de los imaginarios juveniles, en dónde la expansión de las preocupaciones sociales recaen hasta la interacción de las políticas internacionales, sobretodo un análisis de las poetnecias mundiales y sus futuras consecuencias.

Una muestra de esto es su obra El sueño americano en donde se puede evidenciar una sátira que reproduce la preocupación global de las nuevas generaciones ante el triunfo de un discurso hegemónico sexista, racista, machista e intolerante. Esta obra, ademas de satirizar el discurso capitalista del progreso reducido en el sueño americano, puede tener varias connotaciones desde la perspectiva discursiva, para Estados Unidos ha sido la oportunidad de producir una gran cantidad de mano de obra barata, pudiendo asi acrecentar su economía de manera insospechada.

Pero a la vez, como es usal en esta potencia, los discursos de derecha se han servido de esto para que la población blanca tenga un desprecio hacia la fuerza de trabajo esencial de su país, pudiendo de esta manera invalidar el trabajo de los migrantes que trabajan allá, y de esta manera poder mantener el status quo que mantiene la clase conservadora en el país.
Más allá de la crítica evidente hacia la estrategia que permitió que Trump llegase al poder gubernamental, la lectura que nos abre esta ilustración es hacia los valores de una potencia que se ha construido mediante los imaginarios de superioridad, esto se puede analizar desde “Lets make America great again” el slogan de la campaña republicana.

”El sueño americano”, 2016, ilustración, marcador sobre papel, 29x21cm 
El acto performático de Trump de colocar la bandera nos remite a la simbólica fotografía de los bomberos colocando la bandera sobre las ruinas del fatídico 9/11, que representa una transgreción hacia el imaginario de la población estadounidense, estrategia que les permitió legitimar la masacre en Medio Oriente para controlar la ruta del petróleo, territorio que también es disputado por las potencias de oriente, es decir China y Rusia.

Esto hace reflexionar acerca de las intenciones hegemónicas que se encuentran en crear un delirio colectivo hacia la población latinoamericana, en esto no hay certeza, pero Peña permite abrir la discusión acerca de las intenciones geopoliticas detrás del discurso racista del vigente presidente de Estados Unidos.

La creación fuera de las ataduras ideológicas produce una obra que inevitablemente resulta polémica, ya que las sociedades contemporáneas poseen un arraigo de la moralidad fruto del antecedente histórico que embarca a Latinoamérica, es decir la colonización, el bien y el mal; la verdad y la mentira son palabras innecesarias al momento de crear, el artista se remite a los hechos; pero no lo hace desde una posición cobarde de no incomodar a nadie, Peña crea desde la sinceridad y su percepción de esta.
El diseño gráfico llegó a ser uno de las tantas rupturas históricas que ha tenido el arte, la bauhaus con una de sus primeras premisas “la forma sigue a la función” representó las bases del diseño gráfico, sin embargo debido a la posguerra y a la consolidación del neoliberalismo todo aquello fue tergiversado hacia las conveniencias del sistema capitalista haciendo que esta profesión olvide que su origen radica en una ideología de izquierda, haciendo de esta profesión algo carente de un real compromiso social.

Ahí es donde la obra de Peña se vuelve valiosa, deconstruyendo esta profesión logra obras gráficas con un fuerte discurso, la transdisciplinareidad entre lo plástico y lo gráfico genera productos que rozan la divergencia y la ironía, podemos poner de ejemplo “Resistencia Shuar” un producto gráfico que emplea los conocimientos del diseño gráfico hacia otro tipo de discurso.

“Resistencia Shuar”, 2016,  Acrílico sobre papel, 29x42cm 
Este trabajo consistía en un afiche para promocionar un conversatorio, pero el conversatorio no era de las tantas discusiones que se dan en la academia, era un precedente histórico, una exposición para difundir, explicar y debatir acerca de las situación del pueblo Shuar ante la arbitrariedad y violencia del Estado en Nankints por el proyecto de extracción de oro que se está dando.

Era claro que la solidaridad del artista era hacia el pueblo Shuar, razón por la cual diseñó un cartel promocional que resultó ofender, no al pueblo Shuar, sino a un “jefe” ecologista de Quito, que ignoró la calidad técnica y artística del cartel al momento de censurarla y pedir que hicieran otra, esto representó la última vez que Peña colaboraría desinteresadamente para un colectivo social hasta el momento.





El trabajo censurado consiste en un casco de policía cubierto con las ornamentas tradicionales Shuar, mostrando un mensaje contundente y a la vez intrigante acerca de la realidad por la que atraviesan las nacionalidades indígenas en donde el poder estatal prima sobre la cultura. Este mensaje crudo alteró algunas sensibilidades, e incluso revela como el poder de donde quiera que venga, se ejerce de una forma determinada, el utilitarismo es uno de sus puntos que se puede resaltar, esto hace reflexionar cuál es la significación real del arte dentro de los movimientos sociales, una herramienta descartable o un eje transversal de las búsquedas democráticas.


“Arte contemporáneo”, 2015, ilustración digital
Lo que enriquece el trabajo de Peña es la manera en la que cuestiona las distintas expresiones artísticas, su rol social y sus expectativas, esto siempre mediante la sátira y el humor negro;  logrando crear una reflexión más profunda a partir del desarraigo de los preceptos morales desde la estética gráfica del cómic.
Él es un apasionado del cómic, por eso ha utilizado este soporte para crear su propio lenguaje, “Arte Contemporáneo” es una obra gráfica que relata la historia de dos policías que encuentran a una mujer maniatada y con signos de haber sido violentada, pero descubren que esta forma parte de una obra cuyo concepto nos remite al trabajo del artista español Santiago Sierra, quien realiza obras cuyo discurso del cuerpo sometido al poder, conflictivo moralmente para quienes leen su obra; eso enriquece el producto humorístico ya que este absurdo es de hecho un producto real.
También podemos recordar a un artista cuya obra trataba de encadenar a un perro en una galería y dejarlo morir de hambre, son obras que no deben ser descartadas por su dudosa ética, sino analizadas a profundidad para sacar el mayor provecho de éstas; aunque Peña utiliza el mismo recurso que crítica su análisis implícito va hacia el rol del artista en el contexto institucional en dónde todo vale si forma parte de él.
Estos trabajos nunca han sido exhibidos en una galería, todos ellos se han colocado en plataformas masivas cómo lo es las redes sociales, convirtiendo en esta su centro expositivo; readaptando el rol del ilustrador, el dibujante, la representación en lo contemporáneo cómo un factor para enriquecer la obra.

Peña posee un trabajo limpio, armónico en su cromática, sobria en su composición, posee noción de la conceptualización a pesar de provenir de una rama que ha intentado divorciar su oficio con el pensamiento crítico 

miércoles, 10 de mayo de 2017

Crítica y Curaduría “Diálogos cuerpo-espacio urbano: Francis Alÿs, Juan Montelpare, José Luis Macas” Por Raúl Armijos

La ciudad es uno de los puntos de encuentro más importantes de la humanidad, el paisaje que se ha construido con el transcurrir de los años es en cierta forma, inverosímil, resultado de la mente del ser humano, un ejemplo es la famosa arquitectura de Gaudí que irónicamente se asemeja a la naturaleza, porque ella ha influido incluso en la construcción de la ciudades. 

Los paisajes llenos de cemento llegan a ser deprimentes, aunque incluso en esos lugares, pequeños hilos verdes se dibujan en los pisos, pero ¿Cómo se ha llegado a esto? Porque pasamos de las cavernas a vivir en pequeños cajones grises, el cuerpo se ha condicionado a protegerse de la tierra, y pareciera querer cada vez eso, en el fondo nadie lo desea, sin embargo seguimos sujetos al espacio urbano, la migración rural hacia lo urbano sigue acrecentándose mientras que los círculos de pobreza crecen, y con ello, la violencia.

Mientras una ciudad se expande la violencia va incrementando, es la disputa de recursos limitados entre cada vez más manos, paradójicamente, la mayoría de manos cada vez tendrán menos, mientras el capitalismo va en aumento la injusticia también, según Guy Debord(1967) la dominación de las masas se ha hecho efectiva, gracias a los medios masivos que han impedido una real revolución del proletariado. Que, al contrario de lo que se pensaría, por los antecedentes de la lucha obrera, esta se ha vuelto más estática, inmóvil, incapaz de hacerle frente a los dueños de los medios de producción.

En parte se debe a que la configuración urbana permite, los constantes estímulos sensitivos de la ciudad, esa estética del shock, iglesia, futbol, cine de Hollywood, música pop, etc. Construyen en el imaginario del habitante urbano promedio lógicas que benefician al poder político, el discurso de la violencia, la intolerancia y la discriminación toman fuerza en la comunidad global, y no es coincidencia, no es más que el resultado de las relaciones hegemónicas urbanas históricas, una masa desinformada, atareada con los constantes e inclusive excesivos estímulos de las grandes urbes han generado un pensamiento bien direccionado y controlado por la fuerza política.

La guerra de Siria, Trump en Estados Unidos, el Brexit en  Reino Unido, el rechazo a la paz en Colombia, la narco política mexicana, la oleada del socialismo del siglo XXI a la recuperación de la derecha neoliberal en Latinoamérica, evidencian que mientras existen decisiones que acarrean crisis humanitarias, la gente se halla sumergida en un espiral de completa enajenación y lo que es peor, la ciudad ha borrado o tergiversado todos los avances de la lucha social, un ejemplo claro son las urbes mexicanas. 

México, un país hundido en una crisis de violencia producto de un poder estatal que se sostiene de las relaciones con el narcotráfico de una manera evidente, como paréntesis podemos recordar el sublime trabajo de la artista mexicana Teresa Margolles cuyo discurso posee un oculto discurso subversivo para el cese de la hegemonía del narcotráfico, sin embargo, y como propio cuestionamiento a la producción artística y su discurso crítico esta no ha quedado más que en una bella imagen poética acerca de la muerte y la violencia. Ya que el fuerte discurso de esta artista no ha podido trascender de la admiración de su propio circulo de intelectuales y artistas, pero ¿Por qué?, porque la crisis social en México no se debe a la violencia ejercida en un país intrínsecamente machista que enaltece los valores patriarcales de la imposición, incomprensión y orgullo, sino porque la mayoría de sus habitantes no tienen idea de lo que ocurre, y si la tienen han decidió refugiarse en los placeres mundanos que les brinda la ciudad.

Es necesario hacer hincapié en el cuestionamiento acerca del bello discurso de Margolles, y de otros artistas mexicanos quienes  entrarían en esta crítica, el hecho de no poder expandir conocimientos de altísimo valor que permitiría un quiebre en las concepciones populares, pero eso no se da ya que el cubo blanco forma parte de un diseño hecho para la desigualdad, es decir, las ciudades, y, negar el inseparable vínculo entre museo y control de las masas urbanas  es no profundizar acerca de que valores ha tomado el arte en la actualidad y bajo qué objetivos. 

Podemos decir que la mayoría de artistas trabajan para un resultado que se encierre en cuatro paredes, ya sea arte comunitario u malas concepciones de arte en espacio público, el deseo de una mayoría de artistas implícitamente dominados bajo la idea de la legitimidad institucional es el no negar su punto de enunciación y los resultados que produce.

Dentro de todo este contexto es cuando podemos referirnos a Francis Alÿs, artista de origen belga que ha residido durante ya varios años en la ciudad de México Distrito Federal, sin duda Francis es de los primeros artistas en América que ya tenía bien planteado el cuestionamiento acerca de la institucionalidad del arte, una discusión que, en cierta medida pertenece, y se origina en Latinoamérica debido al proceso histórico y social que ha llevado el arte en este territorio; involucrada más en un imaginario de arte igual a transformación de la ciudad y su sociedad. 

Distinto a los debates europeos enfocados más en la discusión arte por el arte, y la manera en la que se llegan a los públicos, claro está que en Latinoamérica esa problemática está muy asentada, ¿Cómo llegar a los públicos?, es ahí donde este artista da sus primeras acciones que definirían, y haría entender al público especializado a donde quería llegar, claro que no se puede negar los debates que también se han generado desde Europa y que han llegado hasta territorio americano por el eurocentrismo con el que siempre se ha concebido y producido a las expresiones artísticas, y mucho más marcado en su institucionalidad.
Sometimes Making Something Leads to Nothing
Francis 
Alÿs (2001) , Mexico City 1997. Videoperformance, 9´54´´
Paradox of Praxis 1, http://francisalys.com/sometimes-making-something-leads-to-nothing/

En estas discusiones fue cuando Francis pudo notar la fuerza poética y transgresora de habitar el espacio público urbano, sometiendo su cuerpo a otras lógicas, sus obras son reconocidas en todo el mundo, contradictoriamente sus diálogos entre el cuerpo y el espacio urbano se han podido expandir gracias a las instituciones del arte, pero, claro está la intención que ha tenido, con varios cuerpos ajenos a las lógicas y concepciones con la cual el arte aborda las situaciones sociales y políticas. 

Lo interesante de este artista es su claro conocimiento acerca de cómo funciona la sociedad, y como esta es fácil de controlar, Alÿs evidencia esto de una manera poética que no solo habla del ensimismamiento del cuerpo urbano sino de la empatía que las relaciones de poder de la ciudad han hecho que las acallemos, en esta acción, el artista se enfrentaba al espacio público, en una época en la cual el performance apenas se había podido instaurar en el cubo blanco gracias al trabajo de varios artistas que cuestionaban la representación y los límites de la imagen en el museo, era el año 2001.

Pocos comprendían lo que Francis hacía, incluso los propios críticos y expertos no tenían muy claro a qué jugaba, parado en la plaza un sujeto lánguido señala con el dedo índice el cielo, creando una suerte de histeria colectiva, sin duda esta acción posee una riqueza simbólica que la vuelve polisémica, las interpretaciones son varias, pero "Looking up" (2001) llegó a convertirse en una de las obras más representativas del arte acción y el diálogo con el espacio urbano.

Cuando hablamos de los diálogos entre el cuerpo y el entorno de la ciudad mediante el deseo de transmitir una experiencia estética, también hablamos de un rompimiento de las normas y dispositivos que rigen a los cuerpos individuales y colectivos, por ello no es sorprendente, que a quien realiza este tipo de expresiones se lo califique de loco, ya que como decía Foucault (1973) la locura no es más que el quiebre o el boicot de las redes del sistema de poder, y cuando hablamos de Francis hablamos de una locura intrínseca, no desde la visión hegemónica sino desde la foucualtiana. 

Como en "Sometimes Making Something Leads to Nothing"(1997) en donde su absurda acción de arrastrar un hielo hasta que este desaparece permite comprender el funcionamiento de una sociedad profundamente enferma, sometida a los discursos de los medios masivos, cuyas cotidianidades parecieran ser como arrastrar un cubo de hielo, conectando así con los valores de las masas, de la cultura occidental, hacinadas en la grandes urbes, valores diseñados para mantener el ejercicio de poder jerárquico, reflejando así la construcción de un sistema que pareciera imposible destruir.

Dentro de los imaginarios rurales, a la ciudad se la ha vendido como el centro de los placeres y la vida plena, en parte como una estrategia para generar mayor mano de obra barata, aprovechando la vulnerabilidad de los habitantes rurales, víctimas de un sistema inequitativo cuyo centro de operaciones son las urbes, estas estrategias ha generado ciudades violentas y apáticas, las configuraciones urbanas reflejan el constructo de una sociedad violenta aferrada a la propiedad privada y la indiferencia por el otro, aquí es donde el diálogo entre cuerpo y ciudad se poetiza a una profundidad, en donde la crítica hacia la realidad que a veces es desalentadora, miserable y desesperanzadora. 

Pero Juan Montelpare, artista de origen argentino que ha recorrido varias urbes de Latinoamérica, entre ellas urbes de Ecuador(Quito, Guayaquil, Cuenca), lo transforma hacia propuestas más esperanzadoras, una de sus acciones en el espacio público que logra retratar es Acciones simples para recuperar objetos violentos (2012), en donde evidencia que las ciudades se han configurado para volvernos personas violentas, sujetos a la competencia, la individualización y la santificación de la propiedad privada, esta acción la realizó en el año 2012 en la ciudad de Quito, una de las capitales más pequeñas del continente, pero que sin embargo refleja mucha de las prácticas que permite al capitalismo sostenerse, la simple acción de cubrir objetos punzantes ubicados en cerramientos, ventanas, etc. Demuestra que las urbes no se construyen para generar cuerpos colectivos y solidarios, sino para someterlos a la individualización y la competencia.
Acciones simples para recuperar objetos violentos
Juan Montelpare (2012)

Festival de arte contemporáneo ECUA/UIO-01


Como se mencionó antes el trabajo de Montelpare está enfocada bajo una poética de la esperanza, el uso de la metáfora para conectar con problemas complejos que atañen a las urbes es digno de admiración, también podemos referirnos a una acción en donde el simple gesto de colocar tierra sobre vidrios de botella cortada, que cumplen precariamente la función de proteger a las propiedades de “el otro”.

Acciones para nacer flores demuestra que siempre existirá un proceso dialéctico ante la violencia que somete a los cuerpos urbanos, cuerpos enfermos, extraños, sin pertenencia de nada; sometidos a entornos que promueve actos de violencia e incomprensión.

Las urbes se han compuesto de tal manera que se pueda incentivar una visión de consumo entre sus habitantes, los supermercados se han vuelto un espacio de intersticio automatizado, es decir la distopía marxista, la población puede consumir desproporcionadamente gracias a la falta del conocimiento de un proceso, el gran orgullo del discurso capitalista, bajo un falso concepto de trabajo colectivo. 

Las ciudades se mueven cada vez más rápido, bajo la premisa de consumir en mayores cantidades, ensuciando más el entorno urbano, en el otro sitio hallamos la argumentación de la ecología que el capitalismo se ha encargado de convertirla en gentrificación, espacios más sanos que permitan mayores ganancias en inmuebles, es decir, toman la importancia de la ecología para quienes poseen mayor acceso a adquirir viviendas restauradas, con “lógicas verdes”. 

Mientras el resto de la población tiene que sostener a la clase que está en “paz con el medio ambiente” y en paz con su economía, aquí podemos recordar la obra de José Luis Macas quien dibuja en las paredes llenas de smog con un simple borrador, recordando hacia donde ha llevado a la población urbana los valores del progreso y el rechazo a lo subversivo, justamente en esa acción José enaltece el acto de la desobediencia como una limpieza de la contaminación que nos ha traído la ciudad, no solo una contaminación química, también una contaminación de nuestra psique y el alejamiento espiritual.

SERIE BORRADORES: «YASUNÍ»
DIBUJO-PERFORMANCE-INTERVENCIÓN
ENCUENTRO DE PERFORMANCE Y ESPACIO PÚBLICO «QUITO-QUÉBEC, LA
KARAKOLA, QUITO-ECUADOR 2014

Bibliografía: http://francisalys.com/
https://artecontemporaneoecuador.com/jose-luis-macas-paredes/
http://juanmontelpare.blogspot.com/
El poder psiquiátrico, Michel Foucault, 1973, Primera edición, 2005, Buenos Aires
La Sociedad del Espectaculo, Guy Debord, 1967,  Editorial Chut,  Paris

martes, 17 de enero de 2017

A mi memoria

Van brotando las raíces,
Me pisa la basta de mi pantalón, ¡Basta!
Me mantiene la mirada, muy suspicaz
Ojos fuertes, tiene esa mirada, sombría, oscura
¿No sé en qué parte navegas por zonas desconocidas?,
Me pregunta intrigada, yo no entendía…
Me adelantaba su mirada, me eclipsaba
Ya entendía menos, el parque estaba muy movido,
Le gente murmuraba sobre placeres que no se atreven
¡A gritar, Grita! ¡Grita por favor! ¡Grita lo que sientes!
Así, de un parpadeo, todo desapareció.

Se pierde un momento, se va todo cuando me entero,
Que al final, siempre estaremos solos, porque el universo es solitario,
Triste, extraño, desconocido, incierto, intrigante, inexplicable, inentendible
 Ineludible extraordinario impuestos la renta,
Las malas energías de mis vecinos, ¿Qué es eso?
¿Desde cuándo la tristeza se volvió mi rutina?
Desde que pisas aquella basta, desde que aprietas el seno de tu madre,
Desde que lloras, ah, el llanto es la vida, la bienvenida al mundo

El llanto se funciona con el canto de esas telas de aire
Que danzan suavemente entre las hojas, entre lo verde y mis delirios de sartén sin teflón,
¡Cáncer! Respirar te mata, por eso los gobiernos nos quitan el aire
Que gratitud, que amabilidad de mis oscuras intenciones.

Ábreme la puerta, o quizás no, no lo hagas
No destapes tu universo, otra puerta estará ahí,
Desde lejos, dormida….te observo.

Observo la forma en que se corre la luz,
Se desliza por todo un papel canela, como habano
¿Y la habana? Amiga de su enemiga, ¿cómo es eso?
Son los gays, las putas, los ladrones, la miseria,
Ellos son los culpables, culpables de exterminar paredes,
¿Y por qué lo feo esta censurado? Porque es real, real
Como el atún con plomo, real como el plomo en cabezas,

En sabiduría asesinada, en extrañar mi infancia. 

lunes, 16 de enero de 2017

Oda a la vida


Una multitud de destellos,
Un punto, permanece inmóvil…
Y brotan interrogantes desde una pared
Nunca antes mencionada.

Las ilusiones inundan una cabeza agitada,
Agitada por las muchedumbres de cosas inciertas,
De asuntos sin terminar…y ahí va de nuevo,
Las doncellas danzan en espiral y esperan,
Que la agonía se deje llevar
Hasta encontrar el firmamento
Escuchando los cantos que poco a poco se alejan,
Hasta encontrar el fluir de la sangre
Rebozando en todo el cuerpo de un alma desesperada.

Otro silencio, se escuchan los gritos de la ciudad,
Celebrando la agonía.

El gran, el tal, el pequeño, el pobrecito,
El iluso, el raro, el solo, el otros
Se acomodan en una pequeña sala,
Reunidos en circunferencia se quejan
De su intransferible destino

En otro cuarto, con una leve luz que desciende
Hasta dibujar las mayores prominencias
Se reúnen las materias útiles…
Las manos lloran por el suplicio de su olvido,
La boca derrama materia fecal,
¿Ha olvidado su función? Pregunta la monstruosa moral,
No, si hasta la he mejorado…
Y de súbito heces se esparcen por la habitación,
Dejando una huella que huele a justicia.

Este es
             
             Un momento

                                 De lo absurdo.