jueves, 6 de noviembre de 2014

No necesito compasión

Y no puedo decir a vos no te importo lo nuestro
Sería una falta de sintaxis, eso no fue nuestro,
Fue mío, fue mi locura, fue mi delirio,
No fue una ilusión, desde el principio sabía que estaba perdido,
Perdido en un denso bosque, buscando una salida
La busco con desesperación, ya no quiero sentir esto.
 
Yo que iba como vagabundo, recogiendo hojas marchitas
Caminaba hasta la casa del cerro más alto, y te las entregaba;
Esperabas flores, y en eso fallaba
Las hojas marchitas me recuerdan la brevedad de mi vida,
Quería ser la hoja y tú el fruto que estuviera ahí, hasta que estas se secaran.
 
Yo que iba como ateo, todos los domingos a misa,
A mirar tu rostro, mientras el cura me enfermaba con sus palabras;
Yo que me vendí a la hipocresía, solo para sentirte un instante,
Y ahora estoy ahogándome en sentimientos;
Devorando la miseria.
 
Yo que por ti hubiera sido capaz de poner mis pies en hielo
Si eso te hacia bien;
Pero a ti solo te embargaba la culpa, que no es amor, sino compasión;
Yo no quiero tu compasión, que compasión no es querer,
Porque te puedes compadecer del lánguido borracho de la calle,
Te puedes compadecer del niño que vende chicles en la esquina,
Y eso, eso no es amor.
 
 Te podría dedicar mil letras, y a ti solo te llegará un sentimiento,
El sentimiento de sentirte especial, de sentirte querida, pero no querer,
Y yo no quiero compasión.
 
Siento un vacío intenso, al saber que te tuve un instante,
Y ya, eso fue todo;
¿Cómo no evité la derrota?,
¿Por qué abrí mi corazón a la media noche, sabiendo que nadie iba a estar afuera?,
Me quede ahí, congelándome;
No echemos culpas, que eso es de cobardes y mediocres,
Yo lo acepto, cargo esta cruz de quererte y no ser correspondido,
Porque yo mismo me arme el discurso demagogo,
Y luego yo  permití que me robaran.
 
A veces quisiera ser un gato, y buscarte solo cuando necesite comida,
Y brindarte un poco de cariño como agradecimiento,
Y luego marcharme, hasta que de nuevo necesite algo de ti;
Pero soy un perro de la calle, vagando en las aceras,
Lleno de hambre y melancolía,
Hasta que un extraño me ofrece un poco de sobras,
Y lo sigo, y lo quiero;
Y él me compartió su comida porque tuvo compasión, no amor;
No necesito tu compasión.
 
Buscaré en los basureros algo de comer;
U otras gentes extrañas me brindaran de sus sobras,
No necesito tu compasión;
Que no te confundas, compasión no es ningún tipo de amor digno de recordar.
 
La madre ama a su hijo, no lo compadece;
Los amigos se hacen felices el uno al otro, no se compadecen;
Cuando tus hermanos sufren sientes el dolor igual que ellos, no los compadeces,
No confundas ningún tipo de cariño con simple compasión.
 
No te compadezcas que me duela, y lo confundas con un profundo cariño;
No es cariño, es sensación de culpa, y yo, no necesito tu compasión,
Soy un perro vagabundo, he sobrevivido a gélidas noches de soledad;
Solo porque hoy no me das de comer, no moriré, ya encontraré algo por ahí.
 
Lo que más duele es haberlo tenido todo claro desde el principio,
Pero me deje llevar, ignore las advertencias, mi culpa;
Y como lo tengo claro, aquí te limpio el panorama;
Habrá alguien que te haga más feliz; ese alguien que será tu mundo;
Pero para el no será así; ¿Sabes cómo lo sé?
Porque cuando quieres con locura esto va a tu contra,
Más cuando ignoras y no deseas, todo sale a favor.
 
Así que ama con locura, y deja que te hieran, y siente lo intenso,
Siéntete más viva que nunca, y comprende lo que siento;
Estoy derrotado, pero no necesito tu compasión;
Solo es mi insano juicio, que me obliga a escribir.
 
Te escribo palabras tristes, porque hoy eso es lo que me inspiras,
Pero no te preocupes, cada ser que llega a tocar mi espíritu, tendrá unas palabras;
Fuiste mi realidad, ya llegará mi fantasía;
Alguien a quien pueda escribirle lo más hermosos versos;
Que cuando hable de ella evoque a Cortázar y hable de ciclopes;
De figuras dibujadas con mi dedo que por coincidencias llegan a su rostro.
 
En estas tristes y reales palabras me reconforto;
Y si no estás conmigo, que sea con alguien que te haga sentir viva,
Que no se limite a citas bonitas y eventos sociales,
Que no sea solo un sujeto que agrada a tu familia;
Que no sea un tipo que trate de besar solo tu boca, por tus hermosos labios;
Sino que entre en ti, que te busque y que te encuentre;
Que tome esa débil e insegura criatura que habita dentro tuyo, y la cuide;
Y con tiernas caricias la haga dormir.
 
Que no desee solo tu cuerpo, sino tu espíritu,
Y que sepa que tu rostro, que tu cabello, que tu cintura;
Son solo un portal para llegar a tu paraíso interior;
Y que soporte tu infierno, y  abra el suyo también,
Y se conecten, que sea tu hilo rojo;
Pero temo pedir que sea todo eso;
Porque corre el riesgo que lo dejes escapar,
Igual que a este perro que hoy te mira desde fuera de tu casa.
 
No quiero que me mires como alguien que te quiere, pero tu no
y que eso te llene de culpa, no necesito tu compasion;
y si el querer es un sentimiento infundado, y no pertenece a dos extraños,
sino que solo a uno, entonces es mejor buscar otros horizontes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario