lunes, 24 de noviembre de 2014

Desnudo

Dos perros se desgarran en la calle,
Sus colmillos introducen la carne ajena y la sangre brota
Calientes los salvajes pierden poco a poco la energía,
Y un anciano de mal aspecto les echa un balde de agua fría
Para que se separen, sin embargo no funciona
Inefectivo es ver a dos almas chocando,
En un fuego común unidos por el espacio

El agua es mar y el mar es agua,
Y el cielo naranja observa el violento ataque
Y dos niñas coquetas ignoran ese pasaje,
Pero los perros no paran, continúan,
La sangre es más espesa, es más rabiosa,
Es un ente infinito que se pasea en las calles,
La materia choca sin previo aviso,
Y ese perro ya reventó el globo ocular de sí mismo.

Luchan desgarrados, con tripas desbordándose,
Luchan hastiados de la vida precipitándose
Y el anciano mira la escena con total impotencia,
Pero la cruz de la iglesia ni observa la imagen,
 El Cristo de la cruz se queda ahí, con una cara idiota agonizante,
Se queja y dice: A mí no me jodan, que ya morí por sus pecados,
Sucios bastardos y egoístas, adórenme, soy mejor que ustedes,
Porque estoy arriba, junto con los míos, con mis diablos aristócratas,
Con mis quema indios, con mis ladrones elegantes, que guardan su puestito en el cielo,
Por dar una piedra a mi iglesia, y matar a esos indios, que no son dignos de mí, de su gran Jesús,
El Jesús de los blancos y los bellos, no el Jesús de los pobres y los feos, ese no existe.

La sangre se espesa en el aire, se queda en pequeñas partículas
La pesada y sombría furia de vivir
Los ha dejado desconectados, golpeando por inercia,
El pedazo de carne sigue ahí, un niño de cara sucia lo observa,
Y quiere tomarlo, se acerca poco a poco
Hasta que los perros furiosos se dan cuenta
Lo invitan a su festín de sangre, el niño pierde sus piernas
Llorando con desesperación pide auxilio,
El anciano guarda su balde, y se queda observando,
Pero unas señoras chismosas la miran,
Entonces recoge el cadáver masacrado del niño.

Recibe un fuerte aplauso por tan bondadoso acto
Y crean una fundación del “Anciano más generoso del mundo”,
Las viejas quedan cotorreando sus falacias,
Le pintan un cuadro, le sacan un libro, diez mil piezas a su nombre,
Con un manco a su lado, ardido y dolido, es perfecto para la fotografía
De la nueva revista de las gordas, le construyen un monumento que crea dinero
Y así he construido mi casita de mentiras, creo que ese anciano es mejor que Jesús,
Porque se portó como una mierda en el momento adecuado,
Se fustigo al frente de todos, porque él, es un héroe.




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