viernes, 3 de marzo de 2023

¿Dónde está Dios?: El templo Arútam, el arte extremo y el extremismo religioso

Año 2023. Portada noticiosa de la exposición. Artista Eduardo Moscoso mediando su propuesta al público. Fuente: Facebook


Introducción:  

Cuenca tiene su primer suceso artístico del año, la exposición The Arutam Temple del artista Eduardo Moscoso, originario de Morona Santiago,  ha causado revuelo en la ciudad, aunque la muestra se inauguró a inicios de febrero del presente año 2023, su clausura ha estado envuelta de una enorme polémica, porque el fandom religioso más exigente, se ha indignado por alterar a los personajes originales de la saga. 

Sí, aunque suene inverosímil, un grupo de extremistas católicos, fanáticos de la literatura religiosa- histórica-fantástica-canónica, y fieles admiradores de la Mamela Fiallo, se han volcado a presentar un performance art en las afueras de la galería donde se ha montado una acción de gran potencia poética, que haría temblar a Beuys, Abramóvic y Alys juntos. El grupo de fervientes católicos, amantes de las creencias pero no del prójimo, consideran que el artista, que tiene su obra expuesta en el Salón del Pueblo "Efraín Jara Idrovo", no siguió a la ficción original, y alteró al personaje: -y es que esta gente con su inclusividad nos está destruyendo a todes, que digo todos. Dice uno de los fans. 

Como buen fandom, tienen su propia denominación, ellos se hacen llamar "guardianes de la fe"; y son quienes cuidan cosas vitales, elementales para la sociedad, como condenar a las personas que prefieren interrumpir su embarazo antes que hacer sufrir a sus hijes y a ellas mismas, y es que es egoísta no querer ver a tu sangre sufrir, en un mundo, tan canónico, tan lleno de literatura fantástica.. 

Otra de las misiones de los guardianes, es alabar monumentos de personas que trajeron muerte y enfermedades al continente, pero que según sus literaturas fantásticas, trajeron paz, amor, encuentro y civilización. Como verán el universo de Jesús el soldado, es largo y complejo; yo tampoco me había dado cuenta lo larga que es la saga, claro, tienes la biblia, pero me parece injusto que no venga el anexo para entender el multiverso, me leí la saga La mujer está hecha para cuidar al hombre, ahora entiendo porque tanta adoración a la Reina Isabel, tremenda protagonista -una verdadera feminista. Dice uno de ellos, mientras sacude el polvo de sus rodillas y estira las extremidades, para volver a amarrarse al palo de la iglesia.  

Me explican que, además del universo de Jesús, el barbudo caucásico que vive en Palestina, están todas las sagas, incluyendo No es por el opio, es por la fe que se reúnen en una edición especial llamada Mujer sumisa, esa si me saca una sonrisa. También existe el multiverso Discover Las Américas: The Big Heroes, en donde la Reina Isabel se encuentra con la virgen María, para aprobar y asesorar el sufrimiento de los indígenas, que no se alineaban con su noble misión,  y así luchar contra el malvado paganismo de esas pobres criaturas, que vivían salvajemente, con sistemas de organización política y económica, alejados de la bondad de dios. -ufff, es que ese capítulo es la hostia, is the shit, man! - dice Juan Pedro, uno de los miembros del fandom ¿Cómo van a decir que a Jesús le duele que usen su mensaje para la guerra? ¡Están alterando al personaje, lo están irrespetando!- Sigue reclamando el hombre, indignado por tal afrenta a la ética artística e histórica. 

Dicen estar afectados porque se irrespeta el trabajo de escritores ancestrales, artistas que estuvieron antes que Miguel de Cervantes (el segundo gran ídolo de este fandom funesto.); -El problema es esta generación de cristal, que quiere todo gratis, porque así son los comunistas homosexualistas; alteran todas las ficciones, no aguantan nada, no permiten la intolerancia-. -no hay respeto por la propiedad intelectual-. Dice otro entusiasta de este fantástico universo, que no tiene nada que envidiar a marvel. 

-Primero fué la sirenita, que le hacen negra, luego que le hacen lesbiana a la Vilma de Scooby Doo, pero con el personaje de Jesús no te metas-.  Me comenta María de los Ángeles, fiel admiradora de la Mamela, ferviente lectora de Agustín Laje; me comenta que se indignan porque las características de Jesús se alteraron, irrespetaron al libro original, él no rompe la cruz, ni se baja de ella, ni se lamenta que usen su nombre para librar masacres y odio contra el prójimo; -eso no está en los pasajes originales- dice, ni en los cosplays, solo lo hacen para vender, le copian a netflix, es irrespetuoso que los progres nos destruyan tanto, -arruinan a nuestros personajes favoritos-. Alega uno de ellos.

1. ¿Dónde está Dios?

Fuera de "broma", es plausible la propuesta del artista amazónico extremo; aunque la propuesta puede resultar fuerte para ciertas miradas, no se encuentra ninguna pieza realmente ofensiva hacia los principios cristianos,  incluso, en ningún momento se busca ofender a Jesús como una figura histórica, que dejó enseñanzas importantes para algunas culturas del mundo; en la narrativa expositiva hay una evidente y profunda conexión entre la idea de espíritu y naturaleza, y como nuestra ambición desmedida está destruyendo el único hogar que tenemos la exposición ha revivido un tema muy delicado en la ciudad. Es decir, que el racismo, el clasismo, la homofobia, la intolerancia, la sobreproducción industrial y el libre mercado; son ideas y hechos que nos alejan de nuestra espiritualidad, con temor a ser cliché, pero, como ya lo dijo Nietzsche. - ¡Dios ha muerto! Y más o menos a eso se refería.

La muestra va contando la lucha entre naturaleza y el Antropoceno moderno, ¿Dejamos de ser naturaleza por encerrarnos en estructuras mentales y arquitectónicas rígidas? Si Dios (Jesús) dijo que nos amemos los unos a los otros, ¿Cómo es posible mantener en pie un sistema que históricamente ha funcionado arruinando y/o asesinando al prójimo? Ahí es cuando Dios muere, cuando nuestra espritualidad se ve avocada por la ambición desmedida, por el deseo de estatus, de poder, sin pensar en el equilibrio hacia el prójimo. 

Al contrario de lo que afirma el colectivo católico, la exposición propone pensar que ha hecho la modernidad con nuestra espiritualidad, con nuestra imaginación, y nuestro deseo de adentrarse en los misterios de la existencia, a mí me quedó una pregunta con todo lo vivido en este proyecto artístico ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está el arte?

La propuesta desempolva una vieja discusión estética, apropiada en estos tiempos de ascenso fascista en todo el mundo, la idea del "aura" en la obra de arte; Walter Benjamín (1935), un judío perseguido por sus ideas, propuso un texto elemental para cualquier entusiasta del arte, "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" es un ensayo que encuentro presente en toda la muestra, Benjamín, al igual que Moscoso en su obra, va contando esa conexión espiritual entre el humano y la materia. ¿Dónde está la obra de arte? ¿Dónde está Dios?

"Incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. En dicha existencia singular, y en ninguna otra cosa, se realizó la historia a la que ha estado sometida en el curso de su perduración" (Benjamín 1935, página 2)

Quizás lo que más indigna a este grupo de extremistas religiosos, es como la gente conoce otras formas de acercarse a su espiritualidad, a través del arte y no del miedo. 

2. Polémica 

La polémica ha permitido difundir el trabajo del artista, que revela un proceso de años en prácticas artísticas contemporáneas, que: 

"Según el médico y escritor Fernando Mora, la obra de Moscoso se intenta clasificar dentro de una maraña de conceptos preestablecidos, estilos, escuelas, categorías estéticas, tratando tendenciosamente de encasillarlo en la plástica del punk, el pop art, el arte exótico-erótico, neogótico, neobarroco, vanitas de subculturas, underground." (Portal web Diario Expreso, 2023) 

En ese contexto, observo que el trabajo de Eduardo, intenta abordar a la espiritualidad desde otro lugar. 

"A saber, cuanto más disminuye la importancia social de un arte, tanto más se disocian en el público la actitud crítica y la fruitiva. De lo convencional se disfruta sin criticarlo, y se critica con aversión lo verdaderamente nuevo." (Benjamin 1935, 12) 

Entonces, la polémica de la propuesta del artista tiene dos vertientes, por un lado, deja entrever la intolerancia que caracteriza a cualquier sociedad de origen o pasado colonial; y en segundo lugar, revela la atrasada conversación estética por la que atraviesa a la ciudad y el país.  Diario Expreso, dedica unos cuántos párrafos a la exposición de Eduardo, muchos espacios de crítica se han mantenido en silencio (razón por la cual escribo estas palabras), todo se ha mantenido en el campo de lo mediático, y el análisis estético es pobre, limitado; por eso aquí, intento darme a la tarea de intentar profundizar en el sentido de la propuesta de Eduardo, que no se limite a catalogarlo de "arte educiano".

Intento profundizar en la obra de Eduardo a partir de dos autores, Benjamín por un lado, que devela como el medio es fundamental para construir esa "aura" que resulta sagrada desde la mirada conservadora, aquí se podría decir, que existe una indignación por la profanación de la materia, es decir, que el medio pictórico de acuarelas, acrílicos y óleos deben ser usados para representar lo sagrado, eso que Benjamin dice que las sociedades modernas ya no se da, porque ya nada está oculto, ahora todo es revelado a través de la reproductibilidad técnica. 

En ese sentido, me pregunto, sin la habilidad manual del artista. ¿Existiría tal indignación? Probablemente no, debido a que, no es la primera vez que una exposición intenta ser censurada, encontramos que en 2017, el artista Marco Alvarado también fue intimidado por el mismo grupo religioso extremista por su obra Entre mi luto y mi fantasma, que en ningún momento atacaba o denigraba los simbolismos religiosos, sino que, denunciaba de forma poética a los traficantes de tierras de la región costera del país. 

¿Qué tiene que ver la religión ahí? Pues mucho, aunque el texto introductorio sea burlón, intenta develar irónicamente, las motivaciones hiper religiosas de estos grupos, que en realidad son motivaciones geopolíticas, que nada tienen que ver con las creencias religiosas.

Ese mismo año la exposición Perder la cabeza que reunía una serie de propuestas que cuestionaban el poder religioso, fue clausurada por el Municipio de la ciudad, más tarde los artistas de la exposición se enteraron que por "órdenes superiores" la exposición decidió ser cancelada.

Por este motivo, resalto y cuestiono la importancia de la idea "el medio es el mensaje", que es, desde mi perspectiva, el real análisis estético de la propuesta de Eduardo, preguntarse si los extremistas religiosos o el director de la casa de la cultura tienen razón, es una tarea que le corresponde moldear a la esfera pública, que es a fin de cuentas, uno más de los componentes que configuran la propuesta del artista. 

La esfera pública juega un papel fundamental en la propuesta, ya que, el intento de censura se va estructurando desde una dinámica social que no se veía en la ciudad, es decir, las creencias religiosas atravesadas por la tecnología digital. 

"El concepto de esfera pública es controvertido y se encuentra en discusión permanente en el ámbito de la comunicación y de las ciencias sociales, sobre todo a partir de la aparición de las nuevas tecnologías digitales, las cuales dan por tierra con muchos de los límites –fundamentalmente los físicos– que la han definido" (Castrelo 2018, p 72)

Aquí considero que se enriquece la semiótica que puede arrojar la propuesta, el encuentro de materiales tradicionales, expuestos en un espacio que en la modernidad, se ha vuelto tradicional para el arte, pero que sin embargo, es un lugar relativamente nuevo, como dice Benjamin en su famosos ensayo, durante la edad media, el arte, sólo podía estar albergado en santuarios y lugares sagrados. 

En la modernidad, la galería se convierte en ese espacio sagrado, ese templo arútam, desafía las convicciones estéticas y discursivas de un grupo social, que históricamente se encargó de oprimir a las comunidades indígenas y a la naturaleza, que quedaron marginados del proyecto moderno; aquí Eduardo se convierte en un shamán, que en su ritual busca romper la idea de que lo sagrado está encerrado en una galería o en una iglesia. 

Respecto a la idea de esfera pública, se evidencia como la digitalidad ha alterado los comportamientos sociales, antes, hubiera sido impensable que una exposición religiosa llegue a ser defendida por la ciudadanía, esto se suma a las nuevas formas de hacer activismo, pero, ese sería otro tema, no quiero hacer este texto demasiado largo, más bien, quería que sea un comentario más estructurado de lo que se está observando estos días en la ciudad, con el ánimo de alimentar una discusión que va más allá que las discusiones mediáticas.

En ese sentido, la meditización de la exposición, es el punto de partida para analizar en profundidad las ideas estéticas que pretenden desafiar al público que visita la muestra, un público deslocalizado, que no sólo se encuentra en ese espacio físico, sino que, como diría Hans Belting, el público f´siico se mezcla con el virtual, que cumplen el rol de fantasmas que desempolvan viejas discusiones espirituales, que están interactuando constantemente, desde la espacialidad física y la virtualidad,

Desde una perspectiva personal, considero que no se está construyendo el pensamiento crítico que merece la exposición, y en general, la riqueza epistemológica de la propuesta se está diluyendo en un dolor histórico que no está siendo encaminado hacia una discusión democrática, como creía Habermas sobre la esfera pública y la acción democrática; sino que, todo un proceso de pensamiento estético está estancado en una discusión visceral, que aunque le da visibilidad a la exposición, perdemos perspectiva para ver las posibilidades narrativas de la muestra.  

Esta propuesta no solo revela las fisuras del pensamiento religioso colonial, sino que también sublima el poco criterio que las instituciones culturales tienen para profundizar el pensamiento estético de los artistas ecuatorianos, y trabajar desde en enfoque intercultural como dicta la constitución del Ecuador; no se trata de censurar al artista, o darse de puñetes con los extremistas, se trata de tender puentes de diálogo y discusión, que llevan a síntesis más enriquecedoras que la mera confrontación; no es la primera vez, ni será la última, que interesantes propuestas estéticas, en la esfera pública, queden reducidas a las motivaciones ideológicas de la clase política de turno.


Cierre:


A modo de conclusión, cierro este breve artículo con dos preguntas: 

¿La exposición sólo abre en nuestros corazones pensamientos de ira hacia la gente intolerante?

¿Eso es lo que quería el artista con su propuesta?





Bibliografía: 

Benjamín, Walter (1935), La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica

Castrelo Victor (2018). La esfera pública habermasiana. Su obsolescencia en tiempos de nuevas plataformas digitales 

https://www.expreso.ec/ocio/cultura/eduardo-moscoso-presenta-the-arutam-temple-151268.html

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