lunes, 16 de enero de 2017

Oda a la vida


Una multitud de destellos,
Un punto, permanece inmóvil…
Y brotan interrogantes desde una pared
Nunca antes mencionada.

Las ilusiones inundan una cabeza agitada,
Agitada por las muchedumbres de cosas inciertas,
De asuntos sin terminar…y ahí va de nuevo,
Las doncellas danzan en espiral y esperan,
Que la agonía se deje llevar
Hasta encontrar el firmamento
Escuchando los cantos que poco a poco se alejan,
Hasta encontrar el fluir de la sangre
Rebozando en todo el cuerpo de un alma desesperada.

Otro silencio, se escuchan los gritos de la ciudad,
Celebrando la agonía.

El gran, el tal, el pequeño, el pobrecito,
El iluso, el raro, el solo, el otros
Se acomodan en una pequeña sala,
Reunidos en circunferencia se quejan
De su intransferible destino

En otro cuarto, con una leve luz que desciende
Hasta dibujar las mayores prominencias
Se reúnen las materias útiles…
Las manos lloran por el suplicio de su olvido,
La boca derrama materia fecal,
¿Ha olvidado su función? Pregunta la monstruosa moral,
No, si hasta la he mejorado…
Y de súbito heces se esparcen por la habitación,
Dejando una huella que huele a justicia.

Este es
             
             Un momento

                                 De lo absurdo. 

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